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Entrevista en CMD "Cómo entrenar en Verano"

(8-7-2016). Con la llegada del verano y la subida brusca del mercurio, muchos practicantes de fitness se preguntan si tienen que modificar sus pautas de entrenamiento. Alberto Riballo, entrenador de Tengo un Aliado, nos da los consejos para que el calor no sea un obstáculo.
Está demostrado que el calor afecta al rendimiento de cualquier actividad. Cuando la temperatura se dispara, nuestro organismo lo acusa y todo parece ralentizarse y ser más incómodo y estresante de lo habitual. En el ámbito deportivo, una persona que practica fitness debe tener en cuenta determinados aspectos para que ese aumento de temperatura no entorpezca su rendimiento ni tampoco la consecución de objetivos. Como comenta Alberto, “para entrenar en verano se trataría de prestar más atención a determinados puntos que también son importantes respetar en invierno, pero que en verano se hacen obligatoriamente necesarios”.
Entre los consejos, que el técnico recomienda llevar a la práctica durante los próximos meses, destacan los siguientes:
– Hora de entrenamiento: Este es un punto que sobre todo tiene que respetar la persona que quiere entrenar en verano en exteriores. “No se recomienda realizar actividad física a partir de las 11 de la mañana y hasta las 17 horas aproximadamente, que son las horas de máximo sol y cuando hay mayor riesgo de sufrir un golpe de calor”, comenta Riballo. Evidentemente, todo dependerá de la zona, ya que si se escoge un lugar con sombra, podría practicarse con precaución. En el caso de que se haga en instalaciones cerradas, el técnico comenta que si el recinto “cuenta con la climatización oportuna, podríamos realizar el entrenamiento a cualquier hora del día”.
– Aumentar la hidratación: Beber agua es fundamental no sólo en verano sino durante todo el año. “En esta época”, detalla Riballo, “hay que hidratarse aún más tanto antes, como durante y después de un entrenamiento. Las cantidades dependerán de la necesidad de cada organismo, pero siempre con moderación y sin exagerar la ingesta”. Respecto a las bebidas isotónicas, el entrenador considera que pueden incorporarse aunque no son un requisito imprescindible.
– Vestuario adecuado: La ropa tiene que ser lo más cómoda y transpirable posible. “Puesto que en verano vamos a sudar mucho más que en invierno o en cualquier otra estación del año, las camisetas, pantalones, etc. deberían estar elaborados con materiales que transpiren muy bien para evitar la acumulación de sudor en el cuerpo. También es muy importante que se usen calcetines para evitar rozaduras o irritaciones posteriores”.
– Intensidad: Respecto a este punto, mucha gente podría pensar que para entrenar en verano hay que modificar y bajar la intensidad del entrenamiento. Para Alberto, “ debería ser la misma que en invierno o primavera. No deja de ser un mito falso el tener que bajar nuestro rendimiento porque haga más calor. De hecho, podríamos aprovechar que durante estos meses muchos centros se quedan más vacíos porque la gente se va de vacaciones, para sacar mayor partido a la sesión”.
– Tiempos: También hay quien dice que hay que reducir los tiempos de entrenamiento porque al hacer más calor, el cuerpo no está preparado para aguantar igual. De nuevo, se trata de una falsa creencia popular que no tiene fundamento alguno. “Si estamos acostumbrados a hacer un entrenamiento de tres días a la semana, de una hora cada día, debemos seguir haciéndolo. Lo único que tenemos que tener en cuenta es que si lo hacemos en exterior, hay que respetar los horarios de máximo sol. Por lo demás no tiene porqué cambiar”, asegura Alberto.
– Alimentación: Todo entrenamiento que persigue unos objetivos tiene que ir acompañado de una adecuada alimentación. Comer sano y equilibrado es vital y, en verano, hay que seguir haciéndolo. “Evidentemente, las comidas copiosas del invierno deberían dar paso a platos mucho más acordes con la época del año en la que estamos. La pasta fresca, las ensaladas tanto verdes como de legumbres son excelentes cuando se realiza actividad física durante estos meses. Y sobre todo, hay que aprovechar las frutas de temporada que tienen una gran concentración de agua para una hidratación perfecta, como por ejemplo la sandía”.
A pesar de estos consejos, el verano y sobre todo la llegada de las vacaciones también puede ser el momento para parar y apartarnos durante unos días del entrenamiento. “Es bueno y recomendable que durante el año la persona pare. De esta forma, generamos una súper compensación de todo el cuerpo necesaria y beneficiosa que nos permitirá retomar la actividad física con muchas más ganas y fuerza”, concluye.
 
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